Iniciamos nuestra aventura muy pronto por la mañana, un buen madrugón, pero con muchísimas ganas e ilusión por conocer esta magnífica ciudad… ¡Bruselas!

Nuestro vuelo fue perfecto, al aterrizar nos estaba esperando el autobús que nos llevaría al hotel IBIS Brussels Centre Gare du Mundi. Luego nos dirigimos al metro que estaba muy cerca del hotel, con la emoción en el cuerpo aún de haber hecho un viaje en avión ¡Algunos por primera vez!

Nos aguardaba un destino imprescindible que visitar, el Atomium. Que, como curiosidad, representa nueve átomos de un cristal de hierro aumentado 165 billones de veces.

Al llegar nos hicimos muchísimas fotos, era impresionante ver la altura y originalidad de aquella estructura. Por dentro las esferas presentan exposiciones que van cambiando, algunas son permanentes, como la que se refiere a la propia exposición de 1958 en la que se incluye todo tipo de documentos gráficos y multimedia muy interesantes. Otra de ellas era un espectáculo de luces y sonido increíble y digno de ver.

Después visitamos la Puerta de Hal, construida en 1381, es el último vestigio de la segunda muralla medieval de Bruselas. Disfrutamos de un buen paseo, el tiempo nos acompañó, aunque íbamos preparados para la lluvia, ya que en Bruselas suele llover a menudo. Volvimos al hotel para descansar y prepararnos para la cena. Nuestro primer día fue increíble.

El segundo día nos aguardaría toda una experiencia, la visita al Parlamento Europeo. Nos levantamos muy pronto con la ilusión de conocer un lugar que no está al alcance de muchos, estábamos muy emocionados.

El Parlamento Europeo está formado por 705 diputados, que representan a los ciudadanos de 27 estados miembros. Es la institución que hace que la Unión Europea sea una “democracia representativa”, tal y como establecen los tratados.

Tuvimos la suerte de entrar al hemiciclo, nos enseñaron los lugares donde se sientan los eurodiputados y nos explicaron cómo se vota.

Luego fuimos a una sala donde nos encontramos con las Eurodiputadas Isabel Benjumea y Rosa Estarás, vicepresidenta del Intergrupo del Parlamento Europeo sobre discapacidad. Fueron muy amables, al dedicarnos un momento dadas sus agendas tan apretadas, y se interesaron mucho por nuestra Fundación y la labor que realizamos en ella.

Y no nos fuimos con las manos vacías, nos hicieron regalos ¡eh! Pero nosotros a ellas también, regalos con mucho amor hechos en nuestra Fundación.

Por la tarde visitamos el Parlamentarium, que es el centro parlamentario de visitantes más grande de Europa. Explica el funcionamiento del Parlamento Europeo a través de herramientas interactivas como un cine de 360°, la historia de la evolución de la Unión Europea a través de imágenes y un mapa interactivo gigante.

Después disfrutamos de un maravilloso gofre (estábamos en Bélgica, no podíamos dejar pasar esta parada obligatoria) y paseamos por el Parque del Cincuentenario.

El tercer y último día, realizamos un Tour guiado por los lugares y monumentos más destacados de Bruselas como:

Para despedir nuestro viaje compramos recuerdos y, por supuesto, chocolate belga. Cansados, pero felices, nos montamos en el avión y volvimos a España. Será un viaje que recordaremos para siempre.